Dos cuadras mas allá está la plaza de armas de la ciudad con su iglesia, su municipalidad, su colegio y la estatua de bronce de Manuel Pacaya que nos recuerda que fue el fundador de este pueblo. Nos impresiona la antigua iglesia ahora convertida en salón teatral. Es una enorme mole de barro construida con cañabravas y barro, a la usanza de la quincha que en estas latitudes es casi desconocida. Calles más abajo está el mercado popular en donde su mayor movimiento se da en las mañanas cuando los productores llegan de diferentes lugares aledaños al pueblo.
La ruta más corta para llegar a la Reserva Nacional Pacaya Samiria, es mediante Nauta, para accede se solicitar permiso al INRENA (Instituto Nacional de Recursos Naturales), y pagar los derechos correspondientes, para luego enrumbar por vía fluvial hasta la Comunidad 20 de Febrero. La Reserva, es uno de los lugares con mayor riqueza biológica del planeta, toma el nombre de los ríos Pacaya y Samiria, que forman pantanales y cochas de aguas tranquilas, que reflejan las imágenes del cielo y del bosque, como si fuera un espejo.
Otra de las reservas que podemos visitar en nuestro viaje a Nauta, es la Reserva Nacional Allpahuayo–Mishana, al cual se puede llegar atreves de un desvío en el km. 26 de la carretera de Iquitos – Nauta. Es una reserva relativamente pequeña y joven. Contiene una increíble variedad de ecosistemas y altísimos índices de biodiversidad. En sus casi 60 hectáreas alberga 522 especies de mariposas, 1,729 especies de plantas, 83 especies de anfibios, de los cuales 2 son exclusivas de la reserva, 475 especies de aves, de las cuales más de media docena solo se encuentran en la cuenca del Nanay, 120 especies de reptiles, el cual constituye todo un record mundial, 145 especies de mamíferos, entre otras especies.
En su territorio se encuentran los bosques varillales, bosques sobre arena, así como también los bosques inundables de aguas negras provenientes del río Nanay, conocidos localmente como tahuampas. La Reserva Nacional Allpahuayo - Mishana, posee una riqueza natural de incalculable valor científico y turístico, y es importante para las poblaciones locales por la biodiversidad que encierra y por el agua que aporta el río Nanay, a su vez es un laboratorio viviente que debe ser conservado para la humanidad.
